Así puede detectar problemas emocionales en una mascota

¿Cómo detectar problemas emocionales en una mascota? ¡Te lo contamos!

Señales para estar alerta

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BBC Mundo les preguntó a tres expertos cómo detectar problemas emocionales en nuestras mascotas y qué hacer ante ellos.

De acuerdo con el biólogo conductual y psicólogo animal Dennis Turner, director del Instituto de Etología aplicada y Psicología animal de Suiza, no se debe ignorar cualquier cambio significativo en el comportamiento de la mascota como:

  • Pérdida de apetito por largos periodos de tiempo.
  • Inactividad inusual.
  • Comportamientos destructivos cuando son dejados solos en casa.
  • Intentos de escaparse o de esconderse.

Para Turid Rugaas, entrenadora noruega de perros, considerada una gurú en el área, un perro puede estar crónicamente estresado si:

  • Se le ve nervioso, deprimido o temeroso.
  • Se molesta o se siente amenazado con mucha facilidad.
  • Presenta un comportamiento histérico.
  • No manifiesta curiosidad.
  • Reacciona con exageración al tacto o a los ruidos.
  • No puede hacerle frente a los problemas diarios más comunes.

Para Fernández, hay una señal que parece no fallar:

“Si tienes que estar castigando a tu perro todo el tiempo, es porque algo anda mal”.

¿Qué deben hacer los dueños?

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Turner recomienda:

  • Observar a la mascota con cuidado y objetividad.
  • Poner especial atención a cambios a largo plazo y tomar nota de ellos.
  • “Una vez confirmes que el problema es real y no sólo un capricho en el estado de ánimo de tu mascota, consulta un veterinario conductista o un psicólogo animal entrenado con un diplomado otorgado por una sociedad profesional”.

Rugaas considera que es fundamental que los dueños conozcan lo que un perro necesita para vivir mentalmente saludable. Recomienda que:

  • No lo castigues.
  • Déjalo ser curioso y permítele explorar el mundo a través de sus sentidos.
  • No te muestres molesto o amenazante.
  • Permítele que construya su autoconfianza para que se enfrente a todo.
  • No lo tengas en una jaula ni le pongas collares de ningún tipo.
  • Aliméntalo bien y déjalo que duerma lo suficiente.
  • No le lances palos ni pelotas.
  • Bríndale compañía, limita las restricciones físicas y estimúlalo mentalmente.
  • No lo uses para ganar premios.

Para Fernández, la empatía es la clave:

  • “Ponerse en la piel del perro”
  • Aprender a comunicarse con tu mascota

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El ambiente

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Para Rugaas, cuando se habla de la salud mental de los perros, se habla de las emociones que resultan de la forma en que han sido tratados y de las condiciones en que han vivido.

“La salud mental de los perros no tiene nada que ver con enfermedades mentales. Nunca he visto a un perro con una”, aclara. “Nuestros perros mascotas podrían sufrir de problemas mentales, pero solo porque el ambiente en el que viven los hacen sentir muy mal. No es porque tengan una enfermedad (…) Problemas físicos en el cerebro son muy raros”, le indicó a BBC Mundo.

De acuerdo con Fernández, problemas como la hiperactividad y la agresividad generalmente tienen como trasfondo el miedo.

Sin embargo, no existe un patrón para detectar trastornos emocionales en los perros, no sólo porque cada animal es único sino porque cada dueño es único también. Por eso es clave, entrevistarlos con detenimiento y obtener respuestas honestas.

“Suelen pedir nuestra ayuda para resolver problemas de conducta de sus mascotas que los están afectando a ellos”, le cuenta a BBC Mundo.

Lo que es claro para la experta es que “casi 99% de los desórdenes emocionales de los perros se deben a fallas de las personas que han formado parte de su socialización (los primeros cuatro meses de vida son determinantes) y del ambiente en el que se desenvuelven”.

De acuerdo con Turner, nuestros perros y gatos mascotas pueden sufrir de fobias y otros desórdenes de ansiedad, como la que provoca la separación, y se pueden manifestar con síntomas muy similares a los que experimentan las personas cuando están deprimidas.

También pueden desarrollar desordenes compulsivos y neurosis.

Apoyo y paciencia

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Aunque Rugaas y Fernández hablan de problemas emocionales y no de enfermedades mentales en perros, en Estados Unidos la historiadora científica Laurel Braitman se dedicó a investigar ese aspecto de la vida animal a partir de una experiencia personal.

La autora de “Animal Madness” (“Locura animal”) habló en una charla TedTalk, titulada: “Depressed dogs, cats with OCD: What animal madness means for us humans” (“Perros deprimidos, gatos con Desorden Obsesivo Compulsivo: Lo que la locura animal significa para nosotros, los humanos”) sobre su mascota a la que asegura le entregó su corazón “por completo”.

“Era un perro de montaña Bernés. Mi exesposo y yo lo adoptamos y a los seis meses descubrimos que era un desastre. Sufría de una angustia de separación tal que no podíamos dejarlo solo. En una oportunidad saltó del tercer piso de nuestro apartamento. Comía tela, cosas reciclables. Cazaba moscas que no existían. Tenía alucinaciones. Fue diagnosticado con desorden canino compulsivo y eso era solo la punta del iceberg”.

Braitman señaló que en el proceso de intentar ayudar a su perro superar sus ataques de pánico y su ansiedad, su vida también cambió.

“Al tratar de ayudar a mi propio perro a superar su pánico y angustia, mi vida cambió, mi mundo se resquebrajó por completo. De hecho pasé los últimos siete años investigando enfermedades mentales en otros animales. ¿Pueden ellos estar mentalmente enfermos como las personas? ¿Y de ser así, qué dice de nosotros?”, pregunta.

“Y descubrí que, efectivamente creo que pueden sufrir de enfermedades mentales, y que estudiar y tratar de identificar enfermedades mentales en ellos a menudo nos ayuda a ser sus mejores amigos y también puede ayudarnos a entendernos mejor a nosotros mismos”.

Para Braitman, el apoyo, el cariño, la paciencia y el tiempo que las familias les brinden a las mascotas con desordenes emocionales puede convertir cualquier trauma pasado en una experiencia positiva.

“Tratándose de tu perro o de tu gato (…), si crees que están traumatizados o deprimidos, probablemente tengas razón”, indicó la experta.

Por eso, como ya lo había dicho Fernández, la empatía es la clave.

Y María José lo sabe muy bien.

“Mi perro tiene un problema difícil de solucionar pero no imposible y sé que necesita de ayuda profesional y grandes dosis de cariño y paciencia”.

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bbc.com