La NASA encuentra 3 nuevos planetas habitables

La NASA informó que descubrió siete nuevos planetas orbitando alrededor de una estrella enana, de los cuales, tres podrían albergar vida.

En una conferencia de prensa que transmitió a través de su página web, la NASA reveló que un grupo de investigadores descubrió siete nuevos planetas orbitando alrededor de una estrella y que, tres de ellos, estarían en la “zona habitable” de ese sistema solar, es decir, que potencialmente podrían albergar vida.

Thomas Zurbuchen, el administrador del Directorio de Misiones Científicas de la NASA, fue el encargado de dar el importante anuncio. “Por primera vez encontramos tantos planetas terrestres orbitando alrededor de la misma estrella”, señaló Zurbuchen desde el cuartel general de la NASA.

La estrella alrededor de la cual están orbitando estos siete planetas, es la enana Trappis-1, que se encuentra a 40 años luz de nuestro sistema solar, en la Vía Láctea. Su cercanía, señalaron los investigadores de la NASA, la convierte en la mejor candidata para buscar vida extraterrestre.

“La estrella es tan pequeña y fría que los siete planetas tienen la temperatura adecuada para que exista en sus superficies agua líquida e, inclusive, vida”, señaló Michaël Gillon, un astrofísico en la Universidad de Liège, en Bélgica, cuyo equipo estuvo involucrado en el hallazgo científico.

Hasta el momento, los científicos han podido calcular las masas de seis de los planetas, análisis que han sugerido que todos ellos tienen una composición muy rica en agua, lo que resulta crucial paraestablecer si sería posible encontrar vida en por lo menos, los tres que están en la zona habitable de la estrella.

Pero, ¿qué tan similar es este sistema de planetas al nuestro? Los investigadores dicen que si bien hay analogías importantes, el hecho de que la Trappist-1 sea tan pequeña, hace que las diferencias sean significativas.

Tan pequeña es la estrella, que el planeta más lejano a ella se tarda tan solo 20 días en terminar de darle la vuelta. El más cercano, informó la NASA, se tarda un día y medio en hacerlo. Tal cercanía causaría que desde la superficie del quinto de los planteas, por ejemplo, la Trappist-1 se viera diez veces más grande de lo que nosotros vemos al sol.

Además, los planetas se encuentran separados por varios millones de kilómetros, lo que permitiría que desde la superficie de uno de ellos se observaran, como lunas, sus vecinos.

Están tan cerca, que incluso, de haber agua en sus superficies -hecho sobre el que aún no hay evidencia-, podría verse afectada por el campo gravitacional de los demás cuerpos planetarios, tal como sucede con las mareas de los océanos terrestres debido al influjo de la luna.

Pero la pregunta fundamental, de si existe vida en ellos o si eventualmente podríamos emigrar desde nuestro planeta, aún no puede responderse con certeza. Para eso, habrá que estudiar la composición de los gases de las atmosferas de los tres planetas en zona habitable.

De acuerdo con Michaël Gillon, la preocupación que tienen sobre las atmósferas de esos tres planetas es que esté muy erosionada, debido a la cantidad de gases y corrientes radiactivas que pudo haber generado la estrella Trappist-1 cuando era joven, pues es normal en estrellas de su tamaño emitan una cantidad enorme de rayos x y de radiación ultravioleta.

El telescopio James Webb, que la NASA tiene programado lanzar al espacio el próximo año, podría dar la mayor cantidad de pistas en este sentido. Otros instrumentos, como el enorme Telescopio Magellan. Que estará en la tierra y será prendido en 2023, podrá arrojar resultados. Pero, solo hasta que vayamos hasta allá, podremos estar completamente seguros, recalcó Gillon.

Quiénes son las posibles tierras

La astrónoma del Instituto Científico del Telescopio de Baltimore, Nikole Lewis, señaló que el primero de los planetas, el Trappist 1e, “, es muy interesante, es muy cercano en tamaño a la tierra y recibe casi la misma cantidad de luz solar que nuestro planeta”.

El siguiente en la lista, el Trappist 1f, sería potencialmente rico en agua, tendría una órbita aproximada de nueve días y recibe la misma cantidad de luz que nuestro vecino, Marte.

Por su parte, el Trappist 1g es el más grande de los tres. De hecho, su radio es 13% más grande que el de la tierra y recibe la cantidad de luz que existe en nuestro sistema solar, entre Marte y el cinturón de asteroides.

Si bien los datos todavía están crudos, los investigadores esperan tener respuestas más claras sobre este sistema solar en un rango de cinco a diez años. En los ´próximos veinte años, los científicos esperan tener certezas sobre las preguntas más intrigantes que generó este descubrimiento.

“El sistema de Trappist-1 podría convertirse en un laboratorio para estudiar cómo se comportan los planetas que orbitan alrededor de estrellas enanas, mucho más frías y pequeñas que nuestro sol y además, muy abundantes en el universo”, apuntó Sara Carey, quien dirige el Centro de Ciencia Spitzer de la NASA en Pasadena, California.

elespectador.com