Nobel de Paz 2015 para el Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez

El comité noruego otorgó este viernes el Premio Nobel de la Paz 2015 al Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez por su contribución decisiva para la construcción de una democracia pluralista en este país tras la Revolución de los Jazmines de 2011.

El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez superó a otros 277 candidatos, entre quienes se encontraban el Papa Francisco, la canciller alemana Angela Merkel, el ministro de Exteriores iraní Mohamed Javad Zarif junto con el secretario de Estado de EE.UU. John Kerry, Edward Snowden, el sacerdote católico eritreo Mussie Zerai, el ginecólogo congolés Denis Mukwege y el presidente colombiano Juan Manuel Santos, entre otros.

En su informe, el Comité Noruego del Nobel destaca que el Cuarteto de Túnez se formó en el verano de 2013, cuando el proceso de democratización se encontraba en peligro de derrumbarse como consecuencia de los asesinatos políticos y el malestar social generalizado.

Se estableció un proceso político alternativo, pacífica en un momento cuando el país estaba al borde de la guerra civil. Era por lo tanto fundamental para permitir a Túnez, en el espacio de unos pocos años, para establecer un sistema constitucional de gobierno que garantiza los derechos fundamentales de toda la población, independientemente de su sexo, convicciones políticas o creencias religiosas.

El Cuarteto de Diálogo Nacional está compuesto por cuatro organizaciones clave de la sociedad civil tunecina: la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT, Unión General Tunecina del Trabajo), la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA, Unión Tunecina de la Industria, du Commerce et de l’Artisanat), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH, La Ligue Tunisienne pour la Défense des Droits de l’Homme), y la Orden de Abogados de Túnez (Orden Nacional de Abogados de Túnez). Estas organizaciones representan a diferentes sectores y valores en la sociedad tunecina: la vida laboral y el bienestar, los principios del Estado de Derecho y los derechos humanos. Sobre esta base, el Cuarteto ejerció su papel como mediador y fuerza motriz para impulsar el desarrollo pacífico y democrático en Túnez con gran autoridad moral. El Premio Nobel de la Paz 2015 se otorgó a este cuarteto, no a las cuatro organizaciones individuales como tales.

La primavera árabe se originó en Túnez en 2010-2011, pero se extendió rápidamente a varios países del norte de África y Oriente Medio. En muchos de estos países, la lucha por la democracia y los derechos fundamentales ha llegado a un punto muerto o reveses sufridos. Túnez, sin embargo, ha sido testigo de una transición democrática basada en una sociedad civil vibrante, con demandas de respeto a los derechos humanos básicos.

Un factor esencial para la culminación de la revolución en Túnez en paz, elecciones democráticas el pasado otoño fue el esfuerzo realizado por el Cuarteto para apoyar el trabajo de la Asamblea Constituyente y para asegurar la aprobación del proceso constitucional entre la población tunecina en general.

El Cuarteto allanó el camino para un diálogo pacífico entre los ciudadanos, los partidos políticos y las autoridades y ayudó a encontrar soluciones consensuadas a una amplia gama de desafíos a través de las divisiones políticas y religiosas. El diálogo nacional amplio que el Cuarteto logrado establecer opuso a la extensión de la violencia en Túnez y su función es, por tanto, comparable a la de los congresos de la paz a la que Alfred Nobel se refiere en su testamento.

El curso que los acontecimientos han tomado en Túnez desde la caída del régimen autoritario de Ben Ali en enero de 2011 es único y notable por varias razones. En primer lugar, muestra que islamistas y movimientos políticos seculares pueden trabajar juntos para lograr resultados significativos en los mejores intereses del país. El ejemplo de Túnez por lo tanto pone de relieve el valor del diálogo y el sentido de pertenencia nacional en una región marcada por el conflicto. En segundo lugar, la transición en Túnez muestra que las instituciones de la sociedad civil y las organizaciones pueden desempeñar un papel crucial en la democratización de un país, y que un proceso de este tipo, incluso en circunstancias difíciles, puede conducir a la celebración de elecciones libres y la transferencia pacífica del poder. El Cuarteto de Diálogo Nacional se debe dar gran parte del crédito por este logro y para asegurar que los beneficios de la Revolución Jasmine no se han perdido.

Túnez se enfrenta a importantes retos políticos, económicos y de seguridad. El Comité Nobel noruego espera que el premio de este año contribuirá a salvaguardar la democracia en Túnez y ser una inspiración para todos los que tratan de promover la paz y la democracia en el Medio Oriente, África del Norte y el resto del mundo. Más que nada, el premio pretende ser un estímulo para el pueblo tunecino, quien a pesar de grandes retos han sentado las bases para una fraternidad nacional que el Comité espera que sirva de ejemplo a seguir por otros países.

Este lunes 12 de octubre, a la 1:00 pm, se adjudicará el último Premio Nobel, el de Ciencias Económicas. El galardón será anunciado por Göran K. Hansson, secretario permanente de la Real Academia Sueca de las Ciencias.

El Comité Noruego del Nobel ya ha otorgado los Premios de Fisiología o Medicina, de Física, de Química y de Literatura, así:

Fisiología o Medicina:

William C. Campbell y Satoshi Omura: por sus descubrimientos para una nueva terapia contra las infecciones causadas por parásitos y lombrices.
Youyou Tu: por sus avances en una terapia novedosa contra la malaria.

Física:

Takaaki Kajita, de Japón, y Arthur B. McDonald: por sus contribuciones fundamentales a experimentos que demostraron que los neutrinos cambian de identidad.

Química:

Tomas Lindahl, Paul Modrich, y Aziz Sancar: por sus estudios mecanicistas de la reparación del ADN.

Literatura:

Svetlana Alexiévich: por “sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo”.

El Premio Nobel de la Paz 2014 fue concedido a los activistas de derechos humanos Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi. Malala Yousafzai, de 17 años, se convirtió en la ganadora más joven del prestigioso premio.

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