Instalarán centro comercial con contenedores en el antiguo Cartucho

Una antigua zona del Cartucho, en San Victorino, se convertirá en un centro comercial a cielo abierto que será estructurado con 225 contenedores de carga marítimos, cuya compra e instalación ya se contrató.

Se trata de un proyecto que ya genera polémica porque no soluciona el problema de fondo para comerciantes formales y porque, como sucede con los jardines de la ALO, según sus críticos, son salidas apresuradas de la administración.

El área donde estarán los contenedores corresponde a una de las manzanas (la 22) del antiguo barrio Santa Inés, donde funcionó el mayor centro de indigencia y expendio de drogas y armas de Bogotá, hasta 1998, cuando los predios del barrio fueron expropiados y el Cartucho erradicado.

Esta es una visión panorámica tomada el viernes 5 de septiembre del sitio donde se instalarán los contenedores, en San Victorino, centro de Bogotá. Rodrigo Sepúlveda y Carlos Ortega / EL TIEMPO

En ese lugar, de la carrera 11 a la 12A entre calles 9.ª y 10.ª, al norte del parque Tercer Milenio (que también fue parte del Cartucho), el alcalde Gustavo Petro busca dejar en funcionamiento, en los próximos cuatro meses, un centro comercial temporal, cuyos locales se entregarán en arriendo por dos años.

Los beneficiados serán grupos informales de comerciantes del sector, quienes se seleccionarán con el apoyo del Instituto para la Economía Social (Ipes).

Entre el 15 de marzo y el 16 de junio de este año, la Empresa de Renovación Urbana (ERU) adjudicó tres contratos para las obras de urbanismo, instalación de los contenedores e interventoría, que juntas suman 13.816 millones de pesos.

Las obras de urbanismo, por 6.978 millones de pesos, ya están en ejecución e incluyen servicios y espacio público. La adquisición e instalación de los contenedores, llamados ‘desarrollo inmobiliario para espacios análogos, espacios conexos y demás áreas útiles’, costará 6.312 millones.

En esa zona se anunció hace 15 años la construcción de un centro internacional de comercio mayorista, en un trabajo conjunto de los sectores público y privado, pero cuatro administraciones de la ciudad, incluida la actual, fracasaron en su desarrollo. El proyecto llegó a contar en una fiducia con cerca de 115.000 millones de pesos aportados por comerciantes de San Victorino que aceptaron apostarle a un futuro local. En 15 años, no ha pasado de la elaboración de pliegos de condiciones, anexos técnicos y licitaciones que han fracasado.

Esta es una imagen de cómo se proyectaba la renovación de la zona de San Victorino, en el centro de Bogotá. Archivo particular

‘Es una invasión urbana’

El concejal Juan Carlos Flórez, del movimiento ASI, considera que la ERU, llamada a consolidar la recuperación de ese sector del centro de la ciudad, “quedó como una empresa de invasión urbana que propicia un inmenso detrimento patrimonial”. Lo dice porque el Distrito ha invertido al menos 28.000 millones de pesos, y ahora se invertirán más recursos.

Flórez dice no entender como “en una zona con unas condiciones extraordinarias para un renacimiento económico de la ciudad”, que además está rodeada en sus cuatro costados por el servicio de TransMilenio, se improvisa instalando en plena época electoral unos contenedores, que van a causar “un daño urbanístico inmenso”.

Asegura que “se defrauda la confianza privada que creyó en el proyecto y se expone a la ciudad a una demanda porque se está dando un destino diferente a unos terrenos que fueron expropiados hace 15 años”.

Imagen tomada del documento de la Empresa de Renovación Urbana en el que se describen las características del proyecto de centro comercial estructurado con contenedores de carga. Archivo particular

Según la ERU no se ha renunciado al plan original, y el objetivo de esta iniciativa temporal es dinamizar el sector para hacerlo más atractivo y poder darle vía libre al centro comercial internacional proyectado hace 15 años. Agrega que no habrá daño patrimonial porque los dineros se recuperarán con la explotación comercial del futuro proyecto. “Permitirá desarrollar a corto plazo un área útil más rápida y eficiente para construcción y apalancamiento financiero y para la comercialización del producto inmobiliario”, dice.

Según los pliegos técnicos, se instalarán 225 contenedores para locales comerciales, con vitrinas y puertas en vidrio templado, y con acabados en pintura anticorrosiva y de color, piso en madera artificial, toma eléctrica, lámparas e interruptor. Se podrán dividir en uno, dos o tres locales, según el destino comercial. Para baños se prevén 15 contenedores –siete para baños de hombres y ocho para mujeres–. Para restaurantes, otros 12, dotados con puntos de agua, sanitarios, eléctricos y de gas.

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