Hidroeléctricas mundiales perderán el 24% de su capacidad por cambio climático

Tras estudiar 25.000 centrales térmicas, un grupo de investigadores comprobó que el 86% de ellas reducirán su trabajo. América Latina es una de las regiones que más se verá afectada por los bajos niveles de sus ríos.

En Colombia, el debate sobre la generación de energía hidroeléctrica está en el ojo del huracán. En medio de una de las sequías más fuertes que ha vivido el país debido al fenómeno de El Niño, la Corte Constitucional ordenó el cierre de la represa El Quimbo, que estaba lista para entrar a producir aproximadamente el 5% de la energía del país. Además, la puja por la venta de Isagén, capaz de generar 2.732 megavatios hidráulicos, se llevará a cabo la próxima semana. Una serie de eventos que prendieron las alarmas ante lo que podría convertirse en un déficit de energía.

No obstante, la preocupación por saber qué pasará con la generación eléctrica en medio de este fenómeno climático está generalizada a nivel internacional. Por eso, para buscar una respuesta a cómo se ve afectada la electricidad por la disminución del agua disponible, investigadores del Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (Iiasa), ubicado en Austria, estudiaron más de 25.000 centrales térmicas e hidroeléctricas en el mundo, proyectadas en los distintos escenarios climáticos previstos para los años 2030, 2050 y 2080. A nivel global, explica el estudio, el aumento de la temperatura reducirá la capacidad de estas centrales hasta 30%.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores, liderados por Michelle Van Vliet, tuvo en cuenta la afectación del recurso hídrico y la variación de la temperatura del agua en las distintas regiones. Por ejemplo, en las centrales ubicadas en las latitudes más altas, como las de Canadá y el norte de Estados Unidos y algunas partes de Europa, se cree que aumentará el caudal de los ríos de los que dependen. Escenario que compartirán con el centro de África y el sur de Asia. Por el contrario, en el resto de Estados Unidos, la parte central de Europa, la cuenca mediterránea y la mayoría de América Latina, el aporte de los caudales será menor y cada vez más irregular.

Haciendo sumas y restas, esto significa que habrá más agua disponible en el 25% de los sistemas hídricos superficiales del planeta y menos en tan sólo el 8% del área terrestre. Hasta ahí el panorama pinta bien. Sin embargo, según explica el estudio publicado en Nature Climate Change, el 74% de las centrales hidroeléctricas se encuentran en zonas donde el agua es más escasa, por lo que se estima que el 86% de las centrales examinadas reducirán su capacidad de generación.

Así, teniendo en cuenta los factores analizados, el estudio concluye que, en los diferentes escenarios modelados, las hidroeléctricas perderán hasta 24% de su capacidad para producir energía eléctrica, mientras en las térmicas, que también necesitan de agua para mover sus turbinas, la cifra será de 30% para 2050.

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