Divididos líderes de Unión Europea podrían ofrecer fondos para acoger refugiados

Los líderes de la Unión Europea podrían prometer el miércoles miles de millones de euros en fondos para los refugiados sirios en una cumbre de emergencia, donde también intentarán solucionar las profundas divisiones sobre la crisis migratoria.

En una cena que se realizará un día después de que los ministros de Interior del bloque dejaran atrás las objeciones de cuatro países de Europa del Este para distribuir a los solicitantes de asilo según cuotas obligatorias, los jefes de Gobierno intentarán centrarse en las formas de recortar el flujo de inmigrantes.

Pero las susceptibilidades están a flor de piel en un momento en el que multitudes caóticas han visto el cierre de fronteras dentro de la zona Schengen de libre circulación europea, generando reacciones diversas en los gobiernos europeos.

“Hoy… un plan concreto debe finalmente surgir en lugar de los argumentos y el caos que hemos presenciado en las últimas semanas”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien presidirá la primera cumbre completa de líderes de la UE en tres meses.

La canciller alemana, Angela Merkel, podría enfrentarse a las críticas por su iniciativa del mes pasado de aceptar a más sirios, algo que a juicio de sus vecinos del este podría impulsar la llegada de refugiados.

El reelecto primer ministro griego, Alexis Tsipras, y su par italiano, Matteo Renzi, escucharán por su parte las peticiones de los países del norte de Europa de usar las nuevas ayudas para estrechar los controles sobre las fronteras mediterráneas.

Establecer un principio de “reubicación” de algunos solicitantes de asilo ha sido una demanda clave de Roma, en particular, que quiere poner fin a la norma que estipula que los inmigrantes deban quedarse en el primer estado de la UE al que llegan.

Del primer ministro húngaro, Viktor Orban, puede esperarse una fuerte defensa de la alambrada que ordenó levantar para mantener alejados a los inmigrantes. También dejará clara su visión, compartida por algunos otros estados excomunistas, de que la inmigración musulmana no es bienvenida.

 

lta.reuters.com