¡Ojo con el licor adulterado! Aquí algunas recomendaciones para no ser victima
La Fiscalía advierte la importancia de que los ciudadanos eviten consumir alcohol en lugares desconocidos o compren licor a muy bajo precio en esta temporada navideña.
Recomendaciones
- Debe observar que el líquido sea totalmente claro o transparente y que no contenga partículas en suspensión. Esto le permite indicar que el alcohol ha sido debidamente destilado por su pureza.
- En cuanto al whisky, al rotarlo debe tener una sola burbuja en la parte inferior de la botella que le indica que no ha sido reenvasado.
- Al abrir la botella, la banda de la tapa tiene que romperse en dos partes, si está rota o se abre en más, esto indica que no es un producto legítimo.
- Revise la etiqueta pasando el dedo por ella y si ésta destiñe, se borra o despega fácilmente, rechace el licor y denuncie el hecho.
En esta temporada navideña en la que los ciudadanos suelen comprar licor para celebrar las novenas y fiestas de fin de año, la Dirección Seccional de la Fiscalía de Bogotá alerta a los capitalinos para que adquieran las botellas de alcohol en lugares reconocidos y evitar de ese modo el comercio de trago adulterado que perjudica la salud de las personas.
De acuerdo a informes de la entidad, la mayoría del licor adulterado se vende en tiendas de barrios, prostíbulos o en zonas marginales de Bogotá a precios muy económicos, que por lo general están por debajo de los costos estipulados en los almacenes de cadena.
Según Jaime Reyes, fiscal de la oficina de Patrimonio Económico y Fe Pública, los responsables del licor ilegal mezclan un 40% de alcohol legítimo con un 60% de adulterado para reducir el sabor característico del producto falsificado.
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“Son destiladores artesanales que usan a varias personas para distribuir al menudeo, lo cual les deja ganancias a costa de daños irreparables para la salud de los ciudadanos como es la ceguera o problemas intestinales. Lo más grave es que hay tenderos y administradores de bares o tabernas que se prestan para estos ilícitos porque venden botellas de aparente legitimidad a menos del 50 % del valor comercial.
Producir una botella de licor adulterado es un negocio redondo. Fabricar el líquido y comprar la botella y las estampillas requieren una inversión máxima de $10.000. Una vez envasado, el falsificador las vende entre $30.000 y $90.000, según la marca. Del otro lado, las pérdidas para el Estado son monumentales.
Se estima que por cada botella de whisky adulterado, por ejemplo, el erario deja de recibir cerca de $30.000, de los cuales $6.000 irían a la DIAN y el resto a los departamentos. Es dinero que se deja de destinar a la salud, la educación y el deporte. Pero, sin duda, el peor daño es para los consumidores.
Las personas que incurran en los delitos de violación a los derechos de autor, corrupción de alimentos y ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico se exponen a mínimo 12 años de prisión.
elespectador.com