El reto de la creación de la Secretaría de Seguridad

Con una mayoría indiscutible de Peñalosa en el Concejo, un buen ambiente frente al proyecto y hasta la venia que el presidente Juan Manuel Santos le dio a la iniciativa durante la cumbre por la seguridad de Bogotá, la creación de la Secretaría de Seguridad no parece tener reversa. Los problemas podrían venir en la implementación de la nueva cartera distrital, que heredaría los recursos de la liquidación del Fondo de Vigilancia, una entidad envuelta en un escándalo por posibles irregularidades alrededor de la línea de emergencia 123.

Entre las funciones que tendría la Secretaría, esbozadas en el proyecto de acuerdo presentado por el alcalde, son recurrentes los verbos “liderar”, “orientar” y “coordinar”. Sin duda, la Secretaría le apuntará al trabajo conjunto entre las entidades a cargo de la seguridad de los habitantes de la capital: la Policía y el Distrito principalmente, pero también el Ejército. Esa, la coordinación de entidades, fue tal vez la dificultad más grande en seguridad para la administración de Gustavo Petro, que no pudo conciliar su visión de una ciudad segura con la de la Policía de Bogotá, entonces comandada por el general Humberto Guatibonza. Cada entidad jaló por su lado y eso se hizo evidente.

Parte del buen ambiente del que goza la creación de la Secretaría parte del consenso que hay sobre la difícil situación de la capital, que pasa por cifras pero sobre todo por la percepción de inseguridad de la ciudadanía. Aunque a las autoridades les preocupa la proliferación del hurto y las riñas, la tasa de homicidios de Bogotá (17 por cada 100.000 habitantes) por ejemplo, es más baja que el promedio nacional. Aun así, el 86% de los habitantes se sienten inseguros en la capital, según la Red de Ciudades Cómo Vamos. En ese contexto, pocos discuten la necesidad de la Secretaría.

De hecho, aunque apenas es un proyecto, la mano de Mejía, el por ahora subsecretario de Seguridad, aún adscrito a la Secretaría de Gobierno, ya se ha visto. Especialmente en la definición del plan de seguridad propuesto para la ciudad, que incluye la recuperación de 100 parques y la intervención de 750 puntos calientes. Precisamente la estrategia para cumplir este último objetivo fue dada a conocer esta semana, y se traza como estrategia el aumento de los tiempos de patrullaje es esas zonas peligrosas.

El artículo 6 del proyecto que se presentará hoy en el Concejo reza “suprímase el Fondo de Vigilancia y Seguridad”. El Fondo, en el papel, le transferirá sus recursos y empleados a la nueva Secretaría. Más allá de si el proyecto se convertirá en acuerdo a su paso por el Concejo, lo que queda sobre la mesa es cómo se va a hacer efectivo esa disposición del artículo 6. El trámite comienza en el Concejo, y la discusión parece ser, más allá del hecho de liquidar el Fondo y crear la Secretaría, cómo hacerlo.

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