El fenómeno de la Niña llegará con fuertes lluvias
El clima anda dando tumbos, y de una situación extrema derivada de la falta de agua pasamos ahora al otro lado, y nos enfrentamos a lluvias en exceso con consecuencias que serán de lamentar para miles de personas, especialmente aquellas que habitan los márgenes ribereños de miles de ríos que cruzan la geografía nacional y los que viven en barrios construidos en laderas inestables, con una altísima vulnerabilidad.
Es que mientras que el fenómeno del Niño afecta principalmente a los ricos propietarios de tierras y grandes cultivos, a las poderosas empresas generadoras de energía hidráulica, a los potentados e influyentes ganaderos, la Niña viene con todo contra los más pobres, quienes son los que más sufren por los excesos de agua.
El enfriamiento del Pacífico ya comenzó, y las condiciones oceánico-atmosféricas están dadas para que se inicie la fase contraria al Niño. Aunque las entidades oficiales, como el Ideam en Colombia y el CPC o el Instituto IRI en Estados Unidos, o el Bureau de Meteorología de Australia, no van a declarar una Niña aún, porque técnicamente se necesita que haya al menos 3 meses seguidos con promedios trimestrales de anomalías de las temperaturas superficiales del océano Pacífico inferiores a más de medio grado por debajo de los promedios, los efectos climáticos del enfriamiento, que ya comenzó, se sentirán desde ya y durante todo el segundo semestre del 2016.
La Niña que se debe presentar será de moderada intensidad, con temperaturas superficiales del Pacífico que podrían estar entre 1 y 2 ºC por debajo de lo normal. Además, existe un 75 por ciento de probabilidad de que esta Niña sea de larga duración, extendiéndose hasta el 2017 y 2018. O sea que podría durar entre dos y dos años y medio, como sucedió en los eventos de la Niña que se presentaron posteriores a esos tres Niños intensos, anteriormente mencionados. Esto indica, a su vez, que se puede esperar un clima lluvioso en extremo durante algunos meses seguidos, produciendo alegría a los generadores de energía hidroeléctrica y a los agricultores, pero muchas penurias a los miles de familias que viven en zonas inundables o que se podrían deslizar.
Esta Niña en formación ya se ha dejado sentir en París y otros sectores de Europa occidental con las dramáticas crecientes e inundaciones, que contrastan con los grandes calores y sequías que afectaron a Francia y a gran parte de Europa en el 2015. Son eventos que tienen impacto global.
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