Dilma Rousseff, en modo supervivencia tras un fin de semana dramático
La presidenta izquierdista de Brasil, Dilma Rousseff, amanece este lunes más arrinconada políticamente que nunca, un día después de que manifestaciones de proporciones históricas reclamaran su salida del poder en las calles del gigante sudamericano.
Más de tres millones de personas, 1,4 en Sao Paulo, según las cifras de la policía, formaron este domingo una impresionante marea opositora verde y amarilla, que serpenteó por un Brasil golpeado por la recesión económica y hastiado de ver cómo las escandalosas revelaciones sobre el megafraude a Petrobras manchan de corrupción a la élite política y económica del país.
La oposición esperaba una movilización masiva en las calles para hacer presión sobre los diputados indecisos, que deberán pronunciarse a favor o en contra del impeachment de la presidenta, reelegida en 2014.
Y estaban llenas.
La presidenta, de su lado, se reunió con los principales miembros de su gobierno en la noche domingo en Brasilia para analizar la situación.
Aunque la batalla no está necesariamente perdida para Rousseff. En especial, porque la oposición no ha encontrado la fórmula para un eventual ‘post-Dilma’.
Su líder, Aecio Neves, no es un adepto incondicional a un impeachment que colocara automáticamente al PMDB en el poder hasta 2018.
AFP