¡Amantes de la lectura! Aquí más de 10 consejos para cuidar tus libros
1. Una vez que compres un libro nuevo o lo recojas de tu biblioteca, asegúrate de sostenerlo hacia abajo.
Es decir, del lado en que abres el libro y no desde el lado en que lo sostienes cuando lees.
2. Ten cuidado con el polvo
Al estar colocados en un mismo sitio durante largo tiempo, las partículas de polvo se adhieren a cubiertas y hojas sin que apenas nos demos cuenta. El polvo lleva consigo partículas que pueden oxidar el libro y, en ocasiones, incluso huevos de insectos. Es aconsejable que limpiemos regularmente el canto superior de los libros con un plumero o una brocha de cerdas suaves.
Para realizar una limpieza más profunda tendremos que sacar los libros de sus estantes. El mueble debemos limpiarlo primero con un paño húmedo para retirar el polvo y, después, secarlo con papel o una bayeta seca. Antes de volver a colocar los libros debemos asegurarnos de que el estante está bien seco.
En cuanto a los cantos y tapas del libro, podemos utilizar el plumero, un paño seco o un pequeño aspirador.
3. Tu libro es tu libro.
No se lo des a alguien que simplemente te lo pida prestado. Solo permite que alguien en quien confías MUY bien lea el libro junto a ti. Incluso si confías en alguien, no puedes darle así simplemente tu libro para que lo lea en su casa. También hay otras personas en su casa, ¿las conoces o confías en esas ellas?
4. La manera más adecuada de conservar mejor el libro es ser echado sobre una superficie horizontal.
Si bien la posición parada parece más práctica y lógica para ti, debes saber que debido al tiempo, si tu libro está en esta posición, su pegamento se irá a un lado y las hojas se saldrán.
Solo si tu libro está apretujado en la biblioteca, su pegamento puede durar por más tiempo. Recuerda, la posición echada puede hacer que el libro se conserve por siempre como era.
5. No expongas los libros a la luz directa del sol.
La exposición prolongada a los rayos solares provocará la decoloración del lomo y cubierta del libro, la sequedad y amarilleamiento de las páginas y la posible pérdida de la intensidad de la tinta.
Es por eso por lo que las estanterías de libros no deben estar situadas cerca de ventanas que no cuenten con persianas, cortinas o estores que eviten la entrada directa de la luz solar.
6. No fuerces los libros al abrirlos.
A la hora de utilizar los libros, bajo ningún concepto los abras a 180 grados para que queden planos sobre la mesa, y me atrevería a decir que tampoco a 120 grados. No es la postura más idónea si lo que queremos es conservar su encuadernación
Abre el libro respetando el ángulo de apertura que la encuadernación te permita sin llegar a forzarla.
Créeme que sabrás cuál es su tope (si has escuchado un chasquido ya es tarde). Lo ideal sería abrirlos a 90 grados. Sí, tienes razón, no es lo más cómodo para leer, pero quizás sí para el bienestar de nuestros libros.
7. No subrayes, escribas, guardes o pegues nada en los libros… y no dobles las esquinas de las páginas.
Existe infinidad de actos que se pueden realizar sobre un libro y que bien pudieran ser considerados como actos vandálicos sobre bienes personales.
Si lo que quieres es conservar tus libros por el mayor tiempo posible, por favor, no hagas nada de lo que enumeramos a continuación:
- Subrayar frases o pasajes que te parezcan interesantes.
- Escribir notas en los márgenes.
- Arrancar hojas porque te encantan o porque odias lo que dicen.
- Doblar las esquinas de las páginas para marcar por dónde vas.
- Usar marcadores no apropiados: flores, hojas, marcapáginas de baja calidad de impresión (una baja calidad de impresión puede dejar manchas en las páginas de los libros), objetos con cierto grosor…
- Usar marcadores con pegamento. Estos pueden decolorar el papel e incluso dañar la tinta.
8. No comas o bebas mientras estás leyendo un libro… ¡Y lávate las manos antes de leerlo!
Seguro que tu adicción por los libros hace que no puedas parar de leerlos. Lees al despertar, en el transporte público, en las esperas, en el baño, en los viajes… Y también leer mientras estás comiendo o tomando un aperitivo. Mucho cuidado con esto, por favor.
Las manchas de grasa que puedes dejar sobre las páginas del libro son difícilmente reparables, por no hablar de los líquidos (agua, café, leche…) o restos de comida que pudieran quedar entre las páginas (migas de pan, sobre todo).
Un descuido o un accidente nos puede pasar a cualquiera, por eso (y por el bien de tu colección de libros) trata de evitar comer y beber mientras estás leyendo.
9. Una vez que termines de leer el libro déjalo de nuevo en su sitio.
Un libro que no está en su sitio es un libro perdido… o que puede sufrir cualquier accidente. Cada vez que termines de leer un libro, colócalo de nuevo en su lugar. Con esta acción podrás evitar que quede a la vista de cualquier persona que no tiene tanto amor y aprecio por los libros. Ya sean amigos, familiares o animales de compañía (como perros o gatos).
10. Protege los libros de la humedad, así como de las fuentes de calor y de los constantes cambios de temperatura.
Tu colección de libros debe estar en una habitación que cuente con un ambiente estable, y en la que exista un equilibrio entre la humedad y la temperatura.
- Un exceso de humedad provocará que se ondulen las páginas y se deformen. [Por cierto, espero que no te humedezcas el dedo para pasar las páginas] Por el contrario, la sequedad del ambiente provocará que se seque en exceso el papel y se vuelva quebradizo.
- Por otro lado, los cambios constantes de temperatura también son perjudiciales para nuestra colección de libros por la dilatación y contracción de sus materiales. Así que habría que evitar a toda costa que las estanterías con nuestros libros estén cerca de las ventanas ya que son los lugares de la casa con mayor contacto con la climatología exterior. Ni tampoco cerca de radiadores, estufas, chimeneas o aires acondicionados.
Otros cuidados…
- No forzar el libro al abrirlo o apoyarlo con las páginas abiertas en un ángulo de 180º, puesto que la encuadernación sufre y se deforma y podrían despegarse las páginas o las tapas.
- Si realmente deseas marcar una línea en tu libro, utiliza un lápiz y subraya las palabras de manera muy suave.
- Si deseas marcar un párrafo entero o una línea, utiliza paréntesis desde el principio de la frase hasta la palabra deseada.
- Cuida el encuadernado. Para que recuerdes dónde te quedaste al leer, utiliza un marcador de libros, no pongas tu libro al revés. Del mismo modo, no dobles la cubierta delantera o posterior de tu libro.
- No humedecer los dedos con saliva para pasar las páginas.
- No guardar flores u hojas de plantas y árboles entre las páginas, las cuales, al descomponerse, mancharán el papel y lo degradarán.
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