Así se vivió la presentación de los Guns N’ Roses en Colombia

“Hola, Medellín”, saludó Axl Rose a la ciudad que lo estaba esperando sin saber a ciencia cierta qué esperar. Y lo que dio Guns N’ Roses fue una dosis potenciada de electricidad. Una que se extendió por casi tres horas (dos horas y 45 minutos).

Con un listado de canciones prácticamente idéntico al de sus presentaciones anteriores en su gira ‘Not in this Lifetime’ por Suramérica, la agrupación hizo recordar por qué, pese al paso del tiempo, aún se les considera deidades de una era del rock que parecía en extinción.

La receta: la combinación de Axl Rose, Slash y el bajista Duff McKagan, quienes no habían compartido escenario en décadas y este año zanjaron sus discrepancias en beneficio de sus seguidores, emulando una de las alineaciones más recordadas del grupo.

Al estadio Atanasio Girardot ingresaron como en una procesión decenas de miles de personas (los organizadores estiman una cifra superior a 41.000 asistentes) que vibraron con la banda californiana y con Marky Ramone’s Britzkrieg Bop, del ex baterista de los Ramones, leyendas del punk, quien saltó al escenario alrededor de las 8 p.m., lo que fue un regalo fascinante para la ciudad más “punkera” del país.

El espectáculo de Ramone fue una descarga sin parar de clásicos como ‘I Wanna Be Sedated’ o ‘The KKK Took my Baby Away’, que requirió de solo media hora para entregar casi 20 canciones a todo pulmón y emulando ese sonido característico del cuarteto neoyorquino.

Luego de que la música de los Looney Toones les diera la entrada, Guns N’ Roses emprendió un viajes a través de su historia de discos brillantes como Appetite for Destruction. Arrancó con la canción ‘It’ so Easy’ que ya de entrada mostró la afinación y energía de la banda repotenciada.

Así llegarían luego Mr. Brownstone, Chinese Democracy, Welcome to the Jungle, Estranged, Live and Let Die, You Could be Mine, Civil War, Sweet Child O’ Mine y Knockin’ on Heaven’s Door, entre muchas otras.

Pero además, una estela de homenajes a muchas más leyendas del rock: Led Zeppelin, Pink Floyd, Jimi Hendrix, Eric Clapton y The Who, a través de acordes de guitarra sueltos o versiones completas.

La primera gran emoción de la noche estalló con ‘Welcome to the Jungle’. Las primeras notas inolvidables de Slash, en una versión libre, y Axl alcanzando la mayoría de los tonos altos, demostró que el grupo sí hizo el proceso de buscar igualar su historia.

Sin duda, quien se robó la atención es Slash con sus solos impactantes, uno de estos a bordo de ‘Speak Softly Love’, una versión del clásico del cine italiano de Nino Rota.

Tanto al principio como al cierre, el Atanasio Girardot estuvo enmarcado por los fuegos artificiales, que al cierre del concierto se manifestaron con la canción ‘Paradise City’

Fue otro noviembre inolvidable, como el de su November Rain –que Axl introdujo en el concierto frente a un piano negro–, el que trajo a Guns N’ Roses a Colombia. Repitió frente a la cita del 29 de noviembre de 1992, cuando actuó en el estadio El Campín en Bogotá y definió la historia de los conciertos en el país. Por eso, hay un romanticismo implícito en ello que solo puede entender un fanático de la banda, uno de esos miles que se han mantenido apegados a esta sin importar qué les despotriquen: que ya no son lo mismo, que Axl Rose está muy lejos de ser el símbolo sexual que fue, que su reencuentro es solo por negocio. Nada de eso importa, cuando la felicidad se confabula.

A ello se debieron los ríos de viajeros. El martes, cuando Guns N’ Roses aterrizó en Medellín, y en especial el miércoles, el desfile de fanáticos por los aeropuertos de Bogotá y otras ciudades era notorio: camisetas negras con los logos que la banda sembró en el inconciente colectivo en los años 87 a 92, pañoletas y, en el caso de las mujeres, muchas pantalonetas ‘cacheteras’ al mejor estilo glam abordaban todos los vuelos hacia la capital paisa. En el avión, el ambiente era de fiesta.

Con el recital maratónico de anoche, Guns N’ Roses sembró un nuevo recuerdo para la memoria de los conciertos en Colombia.

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