Los cinco árboles maderables con más riesgo de extinción

MinAmbiente y el Instituto Amazónico de Investigaciones dieron a conocer plan de conservación.

Cerca de  55 millones  de hectáreas en nuestro país  están cubiertas por bosque natural, sin embargo desde 2008 la pérdida de cobertura boscosa está alrededor de las 10.000 hectáreas al año, según el Ideam.

La situación es crítica: el alto índice del tráfico ilegal de madera, que para el año 2010 se estimaba en un 42 por ciento, ha contribuido a una drástica disminución del hábitat natural de muchas especies, entre ellas algunas maderables finas como el Abarco, Caoba y Cedro y especies de árboles con otros usos como Palorosa y Canelo de los Andaquíes. Estas cinco especies de árboles han visto reducidas sus poblaciones casi en un 80 por ciento en los últimos 100 años.

Este jueves el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Instituto Amazónico de Investigaciones (SINCHI)  dieron a conocer el Plan de Manejo y Conservación de las especies Cedro, Caoba, Palorosa, Abarco y el Canelo de los Andaquíes, con el fin deidentificar las poblaciones existentes, crear un mapa de distribución, generar códigos de barrada de ADN y huella genética de las especies utilizando herramientas moleculares para identificar la especie y controlar el tráfico ilegal de las mismas.

Los problemas que más afectan a estas especies son la perdida y fragmentación de su hábitat  y la sobreexplotación, porque aunque en varios lugares se mantienen coberturas boscosas, en donde aún permanecen poblaciones naturales, varias de estas se ven degradadas en su estructural natural y su diversidad genética.

La elaboración de los planes de Caoba, Cedro y Palorosa, además de contribuir en la conservación de la biodiversidad del país, también la están aportando a Colombia a cumplir con la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre – CITES, y con  el Convenio de Diversidad Biológica.

Estas son las cinco especies

Abarco: en peligro crítico.  Sus fibras han sido utilizadas para la fabricación de canastos y calzado tradicional. También en la construcción de canoas, botes, muebles, empaques, chapas decorativas, triplex, cabos de herramienta y carrocerías. Hay  vedas en Corpourabá y Corantioquia.

Caoba: en peligro crítico. Se utiliza para ebanistería, artesanías, tableros, enchapados finos, instrumentos musicales, esculturas, tallados, moldes, trabajos de tornería, reglas de cálculo y embarcaciones. La Cites ha considerado que si no se regula su comercio puede que la especie pueda llegar a verse afectada. Su aprovechamiento está reglamentado por la CDMB, la Carder, Corpourabá y la CAS.

Cedro: en peligro. Se emplea en carpintería, mueblería fina, puertas, ventanas, ebanistería, instrumentos musicales, tallados, contrachapado, molduras, elaboración de canoas, ornato de las ciudades y esculturas. La Convención de Cites tiene el Cedro en Apéndice III, esto indica que está sometida a reglamentación en el país para prevenir o restringir su explotación.

Palorosa: en peligro crítico. El aprovechamiento de Palorosa en el siglo pasado generó una extinción local en la mayoría de áreas aprovechadas.Su aceite ha utilizado en la preparación de perfumes y jabones. Su madera ha servido para la fabricación de muebles, barcos, canoas, carpintería, madera contrachapada, chapas, pisos, implementos agrícolas y mangos de herramientas.

Canelo de los Andaquíes: en peligro crítico. Es fuente de fibra, manganeso, hierro y calcio. En el país han sido casi nulas las iniciativas para su protección. Es utilizado como desinfectante y anestésico. Es utilizado como sustituto de la canela para aromatizar dulces y comidas.

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