¡Atención! Aún hay cupos para estudiar en un Colegio Distrital en Bogotá
Aunque ya se cerró la segunda fase de inscripción a colegios públicos, aún hay posibilidades para conseguir un cupo. Además, hay opciones para venezolanos y para adultos, entre otros.
En Bogotá hay 385 colegios públicos, con capacidad para recibir a 800.000 estudiantes en las jornadas media y completa. Si bien ya hay alrededor de 790.000 estudiantes matriculados y 39.000 inscripciones asignadas para completar el proceso, son muchos los que a una semana para comenzar clases no han adelantado los trámites, por desinformación, arribo tardío a la ciudad o porque los padres esperaron hasta última hora para conseguir un cupo.
Según el Distrito, aún quedan 15.000 cupos para la primera infancia en preescolar, 40.000 para la básica y media (de primero a grado once) y 15.000 más para adultos, que no hayan culminado el bachillerato. Esto no es todo, asimismo se ofrecen modelos flexibles para quienes no pueden tomar clases en un horario fijo, nuevas posibilidades para venezolanos, reformas educativas en el sector rural y un programa para buscar a los menores desescolarizados.
A continuación los otras posibilidades que hay para cada una de estas opciones.
Acogida a venezolanos
De acuerdo con Carlos Reverón, director de cobertura de la Secretaría de Educación, en Bogotá se han inscrito 1.500 estudiantes venezolanos para acceder a un colegio público, esto debido a que el Ministerio de Educación aceptó el año pasado que los menores del vecino país nivelen aquí sus estudios.
En el caso de la capital, a los padres extranjeros se les pide contar con la visa de estudiantes vigente o la prueba que demuestre la adquisición de la nacionalidad colombiana, en cuanto al grado al que ingresan. Como en Venezuela el sistema educativo es diferente, se cuenta con una tabla de equivalencia, mientras que para aquellos menores que no puedan demostrar los grados que han hecho, se les realiza una valoración para determinar al curso al que ingresarán. “El que un venezolano no tenga un documento no puede ser una limitación para acceder a la educación”, manifiesta Reverón.
Educación básica para adultos
En los colegios distritales también hay una oferta educativa para los adultos que no hayan culminado su educación básica y secundaria. Desde el 2013, el Distrito comenzó a implementar clases nocturnas y los fines de semana, con el fin de adelantar procesos de alfabetización y mejorar las condiciones de vida de las personas que por algún motivo no han tenido acceso a la educación.
Para este año, el servicio se ofrece en 59 colegios, con cobertura en todas las localidades. Además, no sólo se recibe a personas adultas, sino a menores que están en extraedad para acceder a un colegio. En estos casos, el modelo educativo cuenta con seis ciclos, entre los que se resumen los cinco grados de primaria y los seis de bachillerato.
Los interesados solamente deben llenar el formulario en la página de la Secretaría o acercarse a sus instalaciones. Los cupos se dan de forma inmediata, dependiendo su disponibilidad.
En busca de desescolarizados
Con el fin de disminuir la tasa de deserción escolar de 2,8 % a 2,1 %, se habilitaron unidades móviles que recorren las localidades en busca de menores que no hayan adelantado los procesos de matrícula. Esta se hace con la base de datos de estudiantes inscritos en años anteriores, de tal forma que los funcionarios de la Secretaría se acercan a las casas para adelantar los procesos de inscripción y ayudar a los padres, que de acuerdo con Reverón, en muchas ocasiones desconocen el calendario de inscripción. “Este proceso lo arrancamos en el mes de febrero y lo adelantamos casi todo el año, pero con mayor fuerza en el primer semestre del año”, esto debido a que entre más tarde ingrese el menor al sistema educativo, mayor acompañamiento requiere para alcanzar la nivelación académica. De acuerdo con el Distrito, hasta el momento se han logrado reintegrar bajo esta metodología 6.000 niños.
Colegios con mayor demanda
En el proceso de inscripción, los padres tienen la posibilidad de escoger hasta tres colegios a los que quieren que ingresen sus hijos. De acuerdo con los criterios del Ministerio de Educación, se le da mayor prioridad de ingreso a un menor si su hermano estudia en la institución, la puntuación del Sisbén, si es una víctima del conflicto y la distancia del establecimiento a su hogar, esto debido a que hay instituciones con mayor demanda que otras.
Según Reverón no hay un criterio específico que explique por qué se presenta mayor demanda en unos colegios que en otros, aunque ocurre con frecuencia en los que tienen buenos resultados y reconocimiento, como el Francisco José de Caldas, el María Montessori o el Menorah; con las instituciones con jornada única; los que están en concesión, como el Técnico Central de la Salle, y ahora con los nuevos colegios que se entregaron, como el Jorge Mario Bergoglio.
Modelos educativos flexibles
El Ministerio de Educación estableció seis modelos para que aquellos estudiantes que se encuentra en condiciones de vulnerabilidad o no cuentan con los tiempos o espacios para recibir clases, puedan acceder a la educación en horarios y formas que les favorezcan. Por ejemplo, en los casos de los menores que practican algún deporte de forma profesional, aquellos que se encuentran en reformatorios o los que trabajan en plazas de mercado.
Para acceder a estos servicios se requiere un acompañamiento de la Secretaría de Educación, que define las necesidades del estudiante dependiendo del tipo de su población. De acuerdo con Reverón, se adecuan los horarios a los de los alumnos “y los atendemos para nivelarlos. Además, para los estudiantes que pasaron por varios colegios o están desescolarizados, se tienen acompañamiento psicosocial y seguimiento en la atención educativa que se está ofreciendo”.
Las renovaciones en zonas rurales
En la zona rural de la ciudad hay 28 colegios a los que asisten 12.000 estudiantes, por lo que en los últimos dos años el Distrito ha trabajado en una nueva política de educación rural, según Reverón, porque “en el pasado se venía trabajando el mismo sistema educativo urbano”.
Como resultado, del trabajo con los docentes, rectores y la U. Nacional, se definieron cinco líneas de acción, entre las que se encuentra la implementación de modelos efectivos, como que los colegios tengan granjas o huertas donde los estudiantes puedan experimentar con lo que pasa en la zona rural, el fortalecimiento de la educación con la estandarización de la jornada única, la instauración de transporte y alimentación de acuerdo con el contexto y trabajo con los padres de familia. Se inició con el plan piloto en tres colegios y se espera que este año se implemente en la mitad para que en dos años todos cumplan con el modelo.
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