Desarrollan nanotransportador para radioterapia contra el cáncer

Esta herramienta abre la puerta al desarrollo de nuevas vías para detectar y tratar la enfermedad.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Barcelona desarrolló un nanotransportador basado en nanotubos de carbono para ser usado en tratamientos de radioterapia contra el cáncer.

La investigación, en la que han colaborado el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS, por sus siglas en francés), y el King’s College de Londres, fue publicada en la revista ‘Nanoscale’ y forma parte del proyecto Radioactivity Delivery (Raddel), dentro del programa Marie-Curie Initial Training Network (ITN), que está coordinado por el investigador Gerard Tobías.

Raddel tiene como objetivo desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico y terapia basadas en nanocápsulas establecidas en nanotubos de carbono, que transportan compuestos de utilidad biomédica en su interior.

Los nanotubos de carbono tienen aplicaciones como su uso en materiales compuestos para productos deportivos, que ya se comercializan. También son atractivos como nanoplataformas, en el campo de la biomedicina, con aplicaciones que van desde prótesis hasta el transporte de fármacos.

En este campo, su uso como transportador de radionucleidos para aplicaciones de imagen y diagnóstico ha sido, hasta ahora, muy limitada. “La capacidad de combinar diagnóstico y terapia no es exclusiva de los nanotubos y está siendo explorada con otros nanovehículos”, explicó Tobías, aunque reconoce que en la mayoría de los casos, tanto el agente de diagnóstico como el de terapia se anclan a la superficie de la nanopartícula.

La gran ventaja de los nanotubos es que, al ser tubulares, tienen un hueco en su interior en el cual se pueden introducir compuestos radiactivos, de forma que éstos no interaccionan con el medio biológico, y se pueden utilizar las paredes externas para anclar las moléculas diana, lo que los convierte en herramientas seguras y muy versátiles, precisa el investigador.

Belén Ballesteros, científica del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, añade que la posibilidad de incorporar compuestos dentro de los nanotubos es de especial interés en el caso de compuestos que ‘a priori’ son tóxicos para el organismo, ya que disminuyen la toxicidad de los mismos.

En el proyecto se combinaron las modificaciones en las superficies externa e interna de los nanotubos para diseñar una radioterapia dirigida contra el cáncer. Para evaluar la eficacia del sistema reconociendo las células cancerosas, se hicieron ensayos con células de glioblastoma humano primario, modificadas para sobreexpresar el receptor del factor de crecimiento epidérmico.

Los resultados en ensayos preclínicos han demostrado que el nanotransportador es capaz de acumularse selectivamente dentro de las células cancerosas, sin que se observara ninguna citotoxicidad.

Según los investigadores, estos resultados abren la puerta al desarrollo de nuevos nanomateriales para aplicaciones biomédicas en el campo del tratamiento y diagnóstico del cáncer.

Actualmente, el consorcio está realizando pruebas ‘in vivo’ para estudiar el comportamiento, en el interior del nanotubo, de los compuestos equivalentes radiactivos.

Sobre el futuro de estas herramientas, Tobías auguró que toda la investigación del proyecto Raddel se ha centrado en estudios preclínicos, y se han obtenido unos resultados muy prometedores. A pesar de que el proyecto llega a su fin, la idea del consorcio es conseguir financiación adicional para poder avanzar en el desarrollo de estas nanocápsulas hasta llegar a un uso clínico, con personas.

EFE – eltiempo.com