Suecia y Finlandia, en la onda de expulsar inmigrantes

Suecia y Finlandia expulsarán de su territorio a decenas de miles de migrantes cuyas solicitudes de asilo sean rechazadas, mientras la Unión Europea busca soluciones a la grave crisis de la migración.

“Se trata de 60.000 personas, pero esto puede subir hasta 80.000”, indicó el ministro sueco del Interior, Anders Ygeman, al diario financiero Dagens Industri (DI) y a la televisión pública. El ministro estimó que Suecia rechazaría cerca de la mitad de las 163.000 peticiones de asilo recibidas en el 2015. El gobierno les pidió a la policía y la Oficina de Migraciones organizar las expulsiones, que se concretarán durante varios años.

Según la jefa del gabinete del ministro del Interior de Finlandia, Païvi Nerg, su país prevé expulsar 20.000 de las 32.000 personas que solicitaron asilo el año pasado, es decir, un 65 por ciento del total. La funcionaria señaló que ya se han reservado vuelos para deportar a migrantes iraquíes. Más de un millón de migrantes, entre ellos un gran número de sirios, llegaron a Europa en el 2015, lo que ha provocado la crisis migratoria más grave del continente desde la Segunda Guerra Mundial.

El jueves, 25 migrantes, entre ellos 10 niños, se ahogaron en un nuevo naufragio frente a las costas de la isla griega de Samos, mientras la armada italiana recuperaba los cuerpos de seis náufragos frente a las costas de Libia.
Suecia, que en noviembre pasado restableció el control en las fronteras y recibe diez veces menos refugiados que antes, busca sacarse de encima a quienes les fue rechazada la solicitud de asilo.

Las expulsiones se efectúan habitualmente en vuelos comerciales, pero, visto el actual número de migrantes, Ygeman apuntó que se utilizarán “más aviones chárter”.

El gobierno sueco anunció la medida dos días después del asesinato de una educadora a manos de un adolescente extranjero de 15 años en un centro de menores de Molndal, cerca de Gotemburgo.

El drama puso en evidencia la sobrepoblación de las estructuras de acogida y el peso insoportable asumido por algunas comunas suecas.

AFP