UE espera frenar inmigración tras reunión con líderes africanos

Los líderes de la Unión Europea se reúnen este miércoles con sus homólogos africanos en Malta, esperando que la promesa de llegada de dinero y otras ayudas pueda aminorar el flujo de migrantes procedentes del continente más pobre del mundo hacia Europa.

La cumbre fue concebida hace 6 meses luego de que un barco procedente de Libia se hundió y murieron más de 800 personas, lo que forzó a los abochornados gobiernos europeos a intensificar las misiones de rescate naval y abandonar la idea de que el mar pudiera hacer de barrera frente a la desesperación humana.

La situación trajo inicialmente un aumento de llegadas, principalmente a Italia y Malta, el estado miembro más pequeño de la UE. Sin embargo, a la UE le han surgido nuevas preocupaciones desde más al este: este año más de medio millón de refugiados de guerra sirios e inmigrantes económicos llegaron a las islas griegas desde Turquía.

Estos acontecimientos han convertido la reunión de La Valeta en un lugar donde tratar problemas de más largo plazo, como ayudar a África a crear empleo o hacer frente al calentamiento global que está ampliando el desierto, así como llegar a acuerdos para devolver a miles de africanos que se encuentran en Europa a sus países de origen.

Las negociaciones con Turquía, hogar temporal de más de 2 millones de sirios, para frenar los desplazamientos a Grecia estarán entre los temas principales de las reuniones que tendrán lugar el jueves entre los líderes europeos.

También habrá discusiones sobre la aplicación pendiente de medidas que ha ido tomando la UE desde abril, a pesar de que el flujo de migración vía los Balcanes ha tensionado al máximo el sistema de fronteras abiertas entre los estados miembros.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que presidirá el encuentro, dijo el martes en el Parlamento maltés que se calcula que la población de África se duplicará para 2050 y que la presión que la llegada de refugiados procedentes de Oriente Próximo supone para la voluntad europea de mantener las fronteras internas abiertas hacía imprescindible tomar medidas.

Reuters