Así será la segunda fase de la peatonalización de la Carrera Séptima

Aunque según el contrato, la obra debió estar lista este año, los incumplimientos del contratista y la falta de estudios, según el IDU, hizo que el proyecto se atrasara y que, incluso, aumentara su costo en casi $4.000 millones.

La peatonalización de la carrera Séptima, en el centro de la ciudad, ha sido una obra de tropiezos. Según lo estipulado en el contrato, este año el corredor debió haber estado listo para el disfrute ciudadano. Pero por incumplimientos y problemas en los trámites, el proyecto se atrasó un año y medio, y hasta este lunes comenzará su segunda etapa. El Distrito asegura que la adecuación del corredor vial será entregada hasta comienzos de 2019 y con un costo adicional de $3.358 millones.

La historia de este proyecto comenzó en 2013, cuando la administración de Gustavo Petro inició la primera fase de la peatonalización de la tradicional vía bogotana, entre las calles 10ª y 13. La ejecución tardaría 10 meses y, una vez finalizados los trabajos, se esperaba comenzar de inmediato la segunda etapa.

Sin embargo, los plazos no se cumplieron porque hubo problemas con el contratista. Según la Contraloría, se presentaron faltas administrativas, fiscales y disciplinarias durante la obra, así que tardó 10 meses más de lo esperado y costó $4.643 millones más de lo presupuestado. Al final se entregó y hoy los bogotanos pueden pasear por las cuatro calles adoquinadas.

Esa situación y la falta de permisos de algunas entidades retrasaron la construcción del segundo tramo, cuyo costo era de $34.382 millones. El contrato fue adjudicado en marzo de 2015 y el contratista tenía un plazo de dos años para entregarla. Es decir, que toda la Séptima peatonal debía estar lista por esta fecha.

Aunque se suponía que las entidades que debían avalar los diseños y otorgar los permisos no cumplieron con su tarea a tiempo, el Distrito afirma que faltaban más diseños y así no era posible arrancar con la segunda etapa. Por estas razones, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) suspendió el contrato el 4 de mayo del año pasado y sólo ahora lo reanuda. “La obra fue recibida por la actual administración sin aprobación de productos, como la topografía, la geotecnia y el pavimento, y el estudio de alumbrado público. También faltaban permisos ambientales y de patrimonio y un plan de manejo de tránsito”, dice la entidad.

El IDU señala que la etapa de estudios y diseños ya se completó, aunque agrega que se tuvo que hacer un reajuste en su costo de $3.358 millones: “Este dinero es específicamente para redes. Los recursos serán adicionados por las empresas de servicios públicos involucradas, no por el instituto. El valor aproximado de la obra será entonces de $40.000 millones”.

Si bien el lapso de construcción es de 12 meses, de acuerdo con el contrato, el contratista y la interventoría establecieron que la obra se entregará en el primer trimestre de 2019 como resultado de la etapa de estudios y diseños.

Así quedará el corredor

El IDU indica que habrá tres frentes de obra trabajando al mismo tiempo: uno entre la calle 19 y la calle 26; otro desde la calle 13 a la calle 19, incluida la intersección de la calle 19 con carrera Séptima, y finalmente desde la calle 10ª a la calle 7ª.

Janeth Mantilla, directora del IDU, explica que se hicieron algunos cambios al primer diseño. Por ejemplo, habrá una demarcación de la ciclorruta de color verde, se realizará una ampliación de redes de servicios públicos y se dejará la piedra royal veta, como estaba estipulado, pues se adapta a las necesidades del alto tráfico peatonal de la zona y va en consonancia con el estilo del patrimonio bogotano. En cuanto a las plantas, ya no habrá jardines, sino que se utilizarán más árboles, como el falso nogal, el pimiento y el eucalipto pomarroso.

Los cierres

Los peatones tendrán circulación permanente a lo largo de la carrera Séptima. Inicialmente en los andenes actuales y más adelante en la parte central de la obra con accesos transversales para el comercio. Cuando se trabaje los cruces vehiculares (calle 17, 18, 22, 23, 24), se garantizará la circulación en el sentido de las calles con senderos peatonales.

El paso para los vehículos particulares será suspendido en horario nocturno, pues habrá ejecución de la obra las 24 horas. Mantilla reitera a los conductores que cuando se terminen estos trabajos, quedará totalmente restringido su paso. El tráfico vehicular tendrá el desvío de la carrera 9 al norte y carrera 5 al sur.

El transporte público también se afectará cuando se cierren las intersecciones, aunque el IDU manifiesta que eso se anunciará con antelación de acuerdo al cronograma, para que no tome por sorpresa a los conductores de buses. Las restricciones de los cierres de las calles iniciarán a partir de julio y serán progresivas, es decir, no habrá simultaneidad de cierres.

Eso sí, tenga claro que cuando se trabaje la calle 17, se hará cierre total. Para eso, se tiene planeado cambiar de sentido la calle 18, para desviar el tráfico de servicio público que circula actualmente por este corredor.

Como todas las obras, el polvo y el ruido serán incómodos, por eso el IDU les pide a los ciudadanos tener paciencia. Aunque no guardará una uniformidad, la administración está convencida de que la obra no sólo le cambiará la cara al centro, pues será más limpio, seguro y amigable con el peatón.

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