Proponen crear un comité que estudie efecto de antenas de telefonía

Los efectos de los campos electromagnéticos generados por las antenas de telecomunicaciones sobre la salud humana son tema de constante debate en Colombia, en medio del creciente desarrollo de servicios como la telefonía y el internet móvil.

Como parte de estas discusiones, por estos días el Ministerio de las TIC, la Agencia Nacional del Espectro y la Rama Judicial adelantan un foro en el que se analizan casos internacionales y recomendaciones para hacer frente a las constantes preocupaciones derivadas del despliegue de infraestructura de telecomunicaciones en el país.

Uno de los invitados internacionales al foro será el italiano Paolo Vecchia, director del Instituto Nacional de Sanidad de Roma y quien ha trabajado como asesor en múltiples investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este experto, que lleva más de 40 años analizando los efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud humana, advierte que contrario a lo que se cree, contar con un menor número de antenas de telecomunicaciones que las que se requieren para cubrir la demanda de comunicaciones, podría ser más nocivo para los usuarios.

“Si la antena está cerca del teléfono emite una potencia, pero si está lejos tiene que hacer un esfuerzo mayor. Sin embargo, ese no es el problema, el problema es la emisión de energía que se ve obligado a emitir el teléfono para mantener la comunicación estable con una antena que está a mayor distancia”, asegura.

Para Vecchia, en las zonas en las que no existe suficiente infraestructura de telecomunicaciones, la verdadera preocupación deberían ser los teléfonos. “Si la gente, lógicamente, se preocupa por los campos electromagnéticos de la telefonía, debería preocuparse por el uso del teléfono y no por las antenas.Afortunadamente no tenemos ninguna indicación coherente y convincente de que los teléfonos puedan causar cáncer de cerebro u otras enfermedades”, agregó.

Una posición similar ha planteado al respecto la Agencia Nacional del Espectro, que asegura que por “falta de información”, algunas comunidades prefieren que las torres de telefonía celular sean instaladas fuera de los cascos urbanos. “Los efectos de ese tipo de oposición no solo van en contra de su bienestar en términos de salud, sino también en términos económicos, pues hace que las comunicaciones sean más difíciles y en consecuencia más costosas”, señala la entidad.

Adicionalmente, el físico italiano aseguró que dentro de las recomendaciones que Colombia podría poner en práctica para abordar el tema de las emisiones de campos electromagnéticos está la creación de una entidad que se encargue de adelantar investigaciones que permitan desarrollar un “conocimiento científico sobre la materia”.

“Que Colombia tenga sus expertos y que se encarguen de explicar cuáles son los riesgos. Podría ser una universidad encargada de monitorear los estudios, de la mano de una institución de salud o un comité mixto con integrantes de la industria. Eso crea mucho más confianza entre los ciudadanos”, puntualizó el experto.

Cabe destacar que en Colombia la ANE tiene dentro de sus deberes investigar e identificar las nuevas tendencias en cuanto a la administración, vigilancia y control del espectro radioeléctrico.

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