Países centroeuropeos defienden las cuotas voluntarias para acoger refugiados

La República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia rechazaron este viernes unánimemente las cuotas obligatorias de reparto de los refugiados que están llegando a Europa y abogaron por el “control efectivo” de las fronteras exteriores de la UE. (Vea: El desesperado intento de los refugiados por llegar al continente europeo)

“Hemos acordado que las medidas solidarias sean voluntarias”, resumió en rueda de prensa el jefe del Ejecutivo checo, Bohuslav Sobotka, anfitrión de la cumbre del Grupo de Visegrado (V4), integrado por estos cuatro países del antiguo bloque soviético que entraron en la Unión Europea (UE) en 2004.

Sobotka se refería a la propuesta de la Comisión Europea (CE), impulsada por Francia y Alemania, de establecer cuotas obligatorias del número de refugiados con derecho a asilo para repartirlos en toda la UE.

Unas 300.000 personas, entre refugiados que huyen de guerras como la de Siria e inmigrantes económicos, han llegado este año a las fronteras de Europa, por Italia cruzando el Mediterráneo o por la ruta de los Balcanes entrando desde Turquía.

La mayoría de los que transitan por los Balcanes son refugiados de Siria, Irak o Afganistán que aspiran a llegar a Alemania.

Los primeros ministros del V4 firmaron una declaración conjunta en la que pidieron “mantener el carácter voluntario de las medidas solidarias de la UE”.

Así, la República Checa ha anunciado que acogerá sólo a 1.500 personas hasta 2017, una cifra mínima si se compara con Austria, que este año espera acoger hasta 70.000 personas, mientras que Alemania prevé unos 800.000 refugiados.

La CE anunció la víspera que quiere reubicar entre los países comunitarios a otros 120.000 refugiados, que se suman a los 32.000 que los socios acordaron repartirse en julio pasado, cuando la crisis migratoria aún no había adquirido la dimensión actual.

El primer ministro eslovaco, Robert Fico, aseveró que “introducir mecanismos automáticos es inaceptable para el V4” y que su país sólo está dispuesto a acoger a 300 familias, preferentemente cristianos de Siria.

Esta será la postura que estos cuatro países mantendrán en la reunión extraordinaria de los ministros de Interior y Justicia de la UE el próximo 14 de septiembre en Bruselas, así como en la del Consejo Europeo en octubre.

La declaración de hoy enfatiza la necesidad de mantener “el control efectivo y la defensa de las fronteras exteriores de la UE”.

Y es que, como afirmó Fico, el V4 “confirma el interés de mantener los valores de Schengen a cualquier precio”, tras referirse a ese principio comunitario que permite la libertad de movimientos en 26 países, sin controles en las fronteras internas, como “uno de los pilares de la UE”.

Para ello, el V4 brindará ayuda material, técnica y financiera, con el fin de que las fronteras con terceros países sean “vigiladas y protegidas”, según Fico.

“Estamos dispuestos a ayudar económicamente a Hungría”, confirmó el socialdemócrata checo.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, cuyo país ha recibido una oleada de refugiados -160.000 en lo que va de año- que van camino de Europa occidental, observó que “los ciudadanos (húngaros) tienen miedo, inseguridad”.

“Sí, somos capaces y queremos seguir siéndolo: Defenderemos su seguridad”, concluyó Orban, tras apelar a los principios de Schengen.

Por otro lado, el titular del Interior de la República Checa, Milan Chovanec,y su homólogo eslovaco, Robert Kalinak, anunciaron hoy, también en Praga, su propuesta de habilitar un corredor ferroviario entre Hungría y Alemania por el que puedan desplazarse los refugiados sirios que vayan a ser acogidos por Berlín.

La desproporción en las cifras de refugiados dentro del V4 es clara si se considera que desde inicios de año han llegado a Hungría unos 160.000 mientras que en la República Checa y Eslovaquia han sido detenidas 6.092 y 1.743 personas, respectivamente, por cruzar de forma ilegal la frontera, según informaron a Efe fuentes policiales.

Desbordada por el flujo de refugiados a los que no quiere acoger, Hungría endureció hoy su legislación y, a partir del día 15, penará con la cárcel los cruces ilegales de su frontera, hasta cinco años si el acusado va armado o daña la valla que acaba de terminar de construir en la delimitación con Serbia, el único de sus vecinos que no pertenece a la UE.

EFE – elespectador.com