Gobernación de Cundinamarca podría declarar emergencia económica

Pacho, La Vega, La Mesa y Villeta tienen dos cosas en común: están en alerta por un desabastecimiento hídrico superior al 60% y registran más de 20 incendios forestales en lo que va corrido del año. Una situación parecida enfrentan otros 90 municipios del departamento. Las altas temperaturas atribuidas al fenómeno de El Niño han hecho que pasaran de las inundaciones a las intensas sequías en menos de tres meses.

El fenómeno no es otra cosa que un cambio de uno a tres grados centígrados en la temperatura del agua del océano Pacífico, el cual afecta la distribución de las lluvias en las zonas tropicales, como Colombia, haciendo que las temperaturas sean extremadamente calientes. Además tiene unos intervalos de 3 a 10 años, pero una vez empieza no se sabe a ciencia cierta cuándo terminará.

Esto es precisamente lo que las autoridades más temen. La prolongación de la sequía ha causado millonarios gastos e incalculables pérdidas ambientales. Para enfrentar los incendios, la Gobernación de Cundinamarca ha invertido más de $1.600 millones para controlar las conflagraciones mientras se provee agua potable por un valor de $2.000 millones.

Además, los tres carrotanques y los dos helicópteros aspersores de agua, con los que dispone el departamento para atender estas emergencias, no dan abasto, ya que los incendios que hasta ahora se han presentado en épocas de sequía nunca habían alcanzado estas proporciones.

Por eso, Guillermo Rivera, gobernador encargado, ha anunciado una reorganización de las finanzas departamentales para invertir en la compra de 27 carrotanques adicionales y hasta se ha planteado la posibilidad de declarar el departamento en emergencia económica, para sostener económicamente la gestión de emergencias.

La preparación para futuros incendios es vital, ya que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) pronostica una sequía más severa en diciembre y, cuando llueva, será hasta un 60% menos de lo habitual.

Si a las causas naturales se les suman los hábitos irresponsables de los ciudadanos con el ambiente, el resultado es una crisis como la que se vive en Cundinamarca. Christian Euscátegui, director de pronóstico del Ideam, afirma que el 90% de los incendios han sido ocasionados por malas prácticas agrícolas, recreacionales y culturales.

“Hemos hablado sobre el fenómeno de El Niño y sus consecuencias desde hace mucho tiempo, pero tal vez los planes de prevención se pusieron en práctica muy tarde”.

Elespectador.com