Contra Perú, Colombia contará con el apoyo de 42 millones hinchas

El nuevo sueño de 42 millones de colombianos comienza este jueves (3:30 p. m.), en una carrera de dos años de duración, cuyo final de corazón se espera sea brindando con una copa de vodka por haber clasificado al Campeonato Mundial de Fútbol de Rusia 2018 y el grito de ¡Dobro pozhalovat! (¡bienvenidos!, en lengua rusa).

El largo recorrido, de 18 partidos –nueve en casa y nueve por fuera–, se inicia con el recuerdo reciente del ¡Mundialazo! de Brasil 2014, que puso fin a un ayuno de 16 años sin participación en la máxima fiesta del balompié y terminó como el mejor de la historia del país, además de obtener varias arandelas de honor.

Y ese arranque nada mejor, más allá de lo futbolístico que si falta o no determinado jugador –en este caso el estandarte y goleador de Brasil 2014, James Rodríguez, por lesión–, porque es en el fortín que significa el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, de Barranquilla.

Desde la caldera que es el estadio de la Ciudadela 20 de Julio, ese escenario en cuya cancha no sopla el viento y que ha sido vital en las clasificaciones a los últimos cuatro mundiales, Colombia empieza frente a Perú, con cerca de 55.000 aficionados impulsando con sus gritos y casi 42 millones de compatriotas empujando con el fondo del alma desde cualquier lugar de la tierra.

Este nuevo sueño crecerá poco a poco, literalmente con puntos, seguramente con más alegrías y una que otra tristeza, pero con la fe que nuestra relación con Rusia no será únicamente aquel inolvidable 4-4 en nuestra primera participación mundial, en Arica (Chile), en 1962, con el histórico gol olímpico de Marco Coll, un talentoso barranquillero que este jueves asistirá al Metropolitano igualmente para apoyar a sus sucesores.

Foto vía El Tiempo

Ese sueño nos acercará a las famosas muñecas matrioska (esas de madera que una va dentro de otra), a la Plaza Roja de Moscú, al río Volga, a la tradicional sopa borsch, al circo ruso y a los célebres escritores León Tolstói (Ana Karenina y Guerra y paz) y Fedor Dostoyevski (Crimen y castigo y los Hermanos Karamazóv). En otras palabras, nos acercará a la vida y cultura rusa.

El público lo sabe y su apoyo por eso será total. Igual, los jugadores. Apenas 15 días después de terminada la participación en el Mundial de Brasil 2014, en el mismo estadio Roberto Meléndez, como observador de un partido amistoso entre Junior y el Mónaco, el goleador Carlos Bacca expresó: “Todavía no he aprendido ninguna palabra en ruso, pero hay que ir aprendiendo a medida que avancen las eliminatorias”.

El sueño que comienza, que en el terreno de juego corresponde a los jugadores y al cuerpo técnico encabezado por el argentino José Pékerman, hay que construirlo y se requiere del aliento de los aficionados y de todas las ventajas que se puedan obtener, en especial en condición de local.

“Un volante de marca siempre tiene que apretar, pero más acá con esa temperatura”, dijo sonriente el casi fijo mediocampista titular Carlos Sánchez, en alusión directa a los estimados 40 grados centígrados de sensación térmica en la cancha de la ‘Casa de la Selección’ en el momento que ruede el balón del partido contra los peruanos.

La ‘Casa de la Selección’ está lista, con el ambiente arropador y cálido, y el tricolor por todas sus calles, con esos aficionados fervientes que contagian el país desde la tierra de la alegría.

Y el país, con sus 42 millones de habitantes, está contagiado de que este sueño nos llevará de nuevo a un mundial de fútbol, con el aporte de todos, en especial, por supuesto, de los 11 muchachos que salten, partido tras partido, a la cancha.

Entonces, a empujar este jueves con lo que sea, pero en franca lid, para comenzar sumando de a tres puntos y que esta larga carrera de dos años de duración, a la que hay que poner una alta dosis de optimismo, sea lo más segura posible. Ojalá brindando con una copa de vodka, para ambientarnos al estilo ruso.

eltiempo.com