Greenpeace denuncia negligencia en protección de páramos colombianos

La organización rechaza indiferencia de autoridades ambientales frente al páramo de Pisba.

Greenpeace está alertando sobre la indiferencia de las autoridades ambientales en relación a la protección del páramo de Pisba (Boyacá), donde la empresa Hunza Coal pretende desarrollar un proyecto de minería de carbón a gran escala.

En el informe ‘Irregularidades e inacción en el caso Hunza Coal’, la organización advierte que Corpoboyacá, la autoridad ambiental regional, incurrió en irregularidades al otorgar las licencias a la multinacional y que le permiten extraer carbón en pleno páramo.

El documento retoma las denuncias de la Contraloría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo, realizadas en mayo del 2014, sobre el otorgamiento ilegal de licencias ambientales a compañías carboneras en el departamento de Boyacá.

“Es sumamente preocupante el silencio de los responsables frente al deterioro ambiental y las irregularidades en el páramo de Pisba”, dice Silvia Gómez, coordinadora de Greenpeace en Colombia. “Si Corpoboyacá, como autoridad regional, no cumple con sus responsabilidades y opera de manera contraria a las normas, el Ministerio de Ambiente debe intervenir el caso para revocar las licencias otorgadas ilegalmente a la compañía Hunza Coal”, añadió.

La Contraloría General afirmó que Corpoboyacá excedió su competencia al aprobar la modificación de las licencias ambientales por la magnitud del proyecto: la documentación presentada por la empresa indica que, a partir del tercer año de explotación, la producción será ocho veces mayor a la que Corpoboyacá está en capacidad de autorizar.

Además, los permisos fueron aprobados con documentación errónea sobre la zona en la que se desarrollará el proyecto y que carece de información básica, como estudios hídricos y biológicos.

Al otorgar estas licencias, Corpoboyacá no solo ignora por completo el esquema de ordenamiento territorial del municipio de Tasco, en el que los páramos aparecen como zonas estratégicas y de protección, sino que aprueba en pleno ecosistema un megaproyecto de alta tecnología, con un alto nivel de demanda de recursos naturales, sin su correspondiente evaluación del impacto ambiental.

“Las reglas de juego parecen hechas para las empresas y desafortunadamente las autoridades ambientales, que son las que deberían equilibrar la situación, permiten que se profundice la crisis de los recursos naturales. Las licencias deben ser revocadas inmediatamente”, afirmó Gómez.

Greenpeace confirmó en noviembre pasado, junto a expertos y líderes comunitarios, que el agua del páramo de Pisba está contaminada por la explotación del carbón. Esta y el resto de zonas de páramo, proveen más del 70 por ciento del agua para los colombianos.

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